Terumá: para que Ds habite

La parashá de esta semana nos enseña la mitzva de construir un santuario.
Dice la Tora: “Veasú li Mikdash veshajanti vetojam”, “Y Me harán un Santuario y habitaré dentro de ellos (del Pueblo de Israel)”.
Fue aquella una época gloriosa de nuestra nación: la Shejina, la Presencia Divina, habitaba entre el Pueblo.

Podemos apreciar que esta mitzva se divide en tres partes:
Durante la época en la cual Am Israel estaba en el desierto, fueron convocados por el Cielo a construir el Mishkan, un santuario portátil. Luego, cuando ingresaron a la Tierra Prometida, una de las primeras mitzvot que recibieron fue la construcción del Mikdash, el Bet Hamikdash, el Templo de Jerusalén. Y durante los muchos años que el Pueblo Judio estuvo en la diaspora, y todavía el día de hoy, tenemos la mitzva de construir un Bet Hakneset para rezar.
Es decir que tenemos tres términos diferentes: Mishkan, Mikdash y Bet Hakneset. El Santuario, el Templo de Ierushalaim y la Sinagoga.

El Santuario era algo móvil, era una tienda que se trasladaba por el desierto de lugar en lugar. En cada ocasión de desarmaba y se volvía a armar en el nuevo destino, siguiendo las instrucciones de Hakadosh Baruj Hu.
El Bet Hamikdash era el centro espiritual del Pueblo cuando habitaba en la Tierra de Israel, sagrado, inamovible, situado en Jerusalén.
Y el Bet Hakneset es algo que se encuentra en cada país y en cada lugar donde los judíos habitan.

Nos enseña el Rab Soloveitchik que el Mishkan y el Bet Hamikdash eran la casa de Ds. Cuando una persona iba a uno de ellos, lo hacia para ofrecer Korbanot, para visitar la Casa de Ds.
Pero hoy en dia tenemos el Bet Hakneset, la Sinagoga, que es la casa del hombre, la casa de la comunidad. Y Ds habita en la Sinagoga en la medida que el hombre la habite, que la comunidad la integre.
Es cierto que Ds está presente en todo momento y en todo lugar, no solo en el Bet Hakneset sino en toda su creación. Sin embargo cada uno, cada individuo, cada alma, hace posible que Ds habite entre nosotros a través de su propia presencia. Que la Shejina vuelva a habitar una vez mas entre el Pueblo de Israel.

Con cariño y afecto te deseo Shabat Shalom.
Lic. Fernando Lapiduz
Guía espiritual y Referente Rabínico
Congregación Masorti Bet-El, Madrid.