Parashat Emor: “Diles”

Parashat Emor está dividida en dos partes. La primera especifica cuáles son las leyes de un servicio en el Templo, diciendo que esas son las leyes que conservan la pureza y un estado que crea una ilusión de perfección. Las leyes son de ofrenda, matrimonio y otros ritos.

La segunda parte nos dice cuáles son las fechas de los festivales anuales en el judaísmo:

· 14 de nisán: Pesaj durará siete días a partir del 14 de nisán, es decir, del 14 al 21 de nisán.

· 26 de nisán – 6 de siván: A partir del segundo día de Pesaj, se celebra la ofrenda de cebada, el ‘Omer’ y se cuenta el Omer durante los próximos 49 días, terminando con el festivo de Shavuot. Da la casualidad que ‘Omér’ en hebreo es la conjugación masculina de ‘dice’.

· 1 de tishrei: Celebrar el sonido del shofar más de 100 veces ese día, también conocido como Rosh HaShaná.

· 10 de tishrei: Yom Kipur, un día de ayuno, reflexión y rituales especiales y;

· 15 de tishrei: Sucot, el día en que recordamos las luchas de nuestros antepasados en Egipto, teniendo que vivir en una cabaña. Se hace durante siete días y se toma las cuatro especies:

o Luláv (rama de palma)

o Hadás (mirto)

o Aravá (mimbre)

o Etrog (cidra)

Emor termina con el incidente de un hombre que acaba ejecutado por la blasfemia durante una pelea, las reglas y consecuencias del asesinato y de injuriar al miembro de la comunidad, el prójimo o destruir su propiedad y las consecuentes compensaciones monetarias.

Se puede pensar en esa parashá como un resumen y como si un miembro de nuestra comunidad nos hablara para dejar todo claro. También nos implica que aunque realmente la perfección es casi imposible de lograr, es posible lograr ser buenos, incluso hasta ser excepcionalmente buenos y si logramos eso, llegamos a nuestra meta. Dijo el Rabino Jonathan Sacks Z”L que esa parashá explica que el contacto cercano al Santuario impone que tenemos que vivir con ciertas restricciones, es decir, dichas leyes y esas leyes implican que no sea posible llegar a un estado de ‘perfección’, sino pureza.

Sagiv Boniel
Coordinador Marom Madrid