Cuestión de cercanía

La porción de la Torá de esta semana nos cuenta sobre el fallecimiento de Aharón, el hermano de Moshe Rabeinu. Para referirse a este acontecimiento, la Torá lo expresa de la siguiente manera en Parashat Jukat:
“…vaivkú et Aharón shloshim iom kol Beit Israel”, “…lo lloraron a Aharón, durante 30 días, toda la Casa de Israel” (Bam 20:29).

Si hiciéramos un ejercicio comparativo con lo sucedido ante el fallecimiento de Moshe, nos encontraríamos mas adelante con lo siguiente:
“…vaivkú Bnei Israel et Moshe bearvot Moav shloshim iom…”, “…y lloraron los Bnei Israel a Moshe, en las planicies de Moav, 30 días…” (Dev 34:8).

De estos versículos nace, tal como lo fijaron nuestros Jajamim, la costumbre de los Shloshim, es decir, el duelo obligatorio de 30 días por el fallecimiento de nuestro seres queridos con un cierto vínculo sanguíneo directo.

Sin embargo la Torá no se expresa de la misma manera en ambos casos. ¿Cuál es la diferencia que se puede destacar entre los dos episodios y que podemos aprender de ellos?

Si prestamos atención, veremos que en la muerte de Aharón está escrito “kol Beit Israel”, que significa “toda la Casa de Israel”. Es decir, a Aharón lo lloraron todos. Mientras que a Moshe lo lloró “solo” el Pueblo de Israel o los Bnei Israel.
Aunque esta diferencia se podría apreciar en un principio como pequeña o insignificante, nuestros Jajamim en el Talmud se ocuparon especialmente de subrayarla. Y es así como el Tratado extra-talmúdico Avot d’Rabbí Eliezer nos brinda una maravillosa enseñanza:

Cuando Aharón caminaba por el camino y se encontraba con una persona malvada, le deseaba Shalom. Al día siguiente, cuando ese hombre quería pecar, decía: ¡Ay! ¿Cómo podré mirar a Aharón a la cara? Me sentiré tan avergonzado cuando me desee Shalom. Y entonces este hombre se detendría a sí mismo de pecar. De manera similar, cuando dos personas estaban peleando entre sí, Aharón se sentaba junto a uno de ellos y decía: ¡Hijo mío, mira la angustia por la que está pasando tu amigo! Su corazón está destrozado y se está desgarrando la ropa. Él está diciendo: ¿Cómo puedo enfrentar a mi viejo amigo? Estoy tan avergonzado que traicioné su confianza. Aharón se sentaba con él hasta que su rabia se calmaba. Entonces Aharón se dirigía a la otra persona en la pelea y le decía: ¡Hijo mío, mira la angustia que está pasando tu amigo! Su corazón está destrozado y se está desgarrando la ropa. Él está diciendo: ¿Cómo puedo enfrentar a mi viejo amigo? Estoy tan avergonzado que traicioné su confianza. Aharón se sentaba con él hasta que su rabia se calmaba.
Cuando las dos personas se veían, se abrazaban y besaban.
Y es por eso que dice, “Y toda la Casa de Israel lloró por Aharón durante treinta días (a su muerte)”.

Aharón tenía un vínculo especial con la gente, de mucha cercanía. Aharon es un modelo de liderazgo en el que, el tiempo de calidad junto a los suyos, era una prioridad y uno de los pilares. Seguramente Aharon, al igual que todos nosotros, tenía cientos de obligaciones. A pesar de esto, él en persona se dedicaba a acercar a las partes en conflicto, tal como lo indica nuestro Midrash “Aharón se sentaba con él hasta que su rabia se calmaba”. En nuestra tradición se lo conoce como “Rodef Shalom”, que persigue la Paz.
Moshe Rabeinu, en cambio, tenía un modelo de liderazgo de mayor distancia, y por ende, más solitario. Por eso, al referirse la Torá a la partida física de Moshe dice que lo lloraron 30 días, mientras que al partir Aharón, el amado por el Pueblo, se subraya que todos lo lloraron.

La Torá nos sugiere de cierta manera que el rol de liderazgo, si bien tiene que ser firme, de autoridad y por momentos debe tomarse distancia, debe tener de manera prioritaria una tendencia hacia la cercanía. El Pueblo necesitaba a un líder como Aharón, que lidere y que al mismo tiempo acerque y se perciba cercano.

Quiera Ds que surjan hoy, urgentemente, líderes que se destaquen dentro del modelo de Aharón haCohen, y que sean inspiración para nosotros y nuestros gobernantes.

Con cariño y afecto.
Shabat Shalom.
Fernando Lapiduz.
Congregación Masorti Bet-El, Madrid, España.