Pesaj: la Fiesta de nuestra esperanza

El Sábado pasado tuvimos en Noam un (pre) Seder de Pesaj con los niños. ¡Que belleza! Fue una experiencia maravillosa para todos los que participamos, llena de preguntas, canciones, muchas brajot. Pero principalmente muchas, muchas preguntas. De las actividades que he tenido últimamente en Bet El Madrid ha sido de las mas gratificantes y enriquecedoras. Apreciar a los niños con sus madrijim cuestionando, preguntando, discutiendo las respuestas, oyendo los planteos y explicaciones, atentos a los intentos de respuesta de cada uno, siempre con respeto y consideración, colmó mi corazón de esperanzas.

El próximo viernes, el Pueblo Judío alrededor de todo el mundo se va a sentar a la mesa para recrear el Seder de Pesaj. En este antiguo, y a la vez moderno y actual ritual, se cumplen principalmente con dos Mitzvot de la Torá: por un lado comer Matzá, el pan sin levar, y por el otro narrar a nuestros hijos el relato del éxodo de Egipto.

Esta segunda Mitzvá, la de relatar sobre los maravillosos milagros que Ds hizo por nuestros antepasados (y sigue haciendo por nosotros hoy en día), la de transmitir el Judaísmo a la próxima generación, es a mi juicio, una de las Mitzvot mas importantes que podemos cumplir. Porque es la que nos asegura que el Judaísmo siga vivo y que tenemos garantizada la transmisión de nuestra milenaria tradición a las nuevas generaciones.

Entonces mi humilde consejo es que tratemos de centrar el Seder de Pesaj, este año mas que nunca, en los niños. Tratemos de que sea una noche especial para ellos y nos preocupemos de que ellos verdaderamente entiendan lo que está pasando. Y que puedan recibir aquello que les estamos tratando de transmitir: la importancia del Judaísmo en nuestras vidas y la importancia de lo que Ds ha hecho y sigue haciendo por nosotros a lo largo de la historia.

Así que, si estas pensando en el contenido del Seder, o incluso en el menú del Seder (seguramente!), asegurate de no dejar de tener en cuenta a los niños. Es mas, yo los pondría a ellos en el centro de todos nuestros planes.
Entonces seguramente Pesaj no se llamará solo Pesaj, ni Zman Jeruteinu, ni Jag Ha’aviv, ni Jag Hamatzot… sino que será Zman Tikvateinu. La celebración de nuestra esperanza por un Judaísmo presente y futuro vibrante, pleno de vida y con mesas de Pesaj colmadas de niños preguntando. Amén, que así sea.

Con cariño y afecto.
Jag HaPesaj Casher ve Sameaj. Y Shabat Shalom!
Lic. Fernando Lapiduz.
Guía espiritual y Referente Rabínico
Congregación Masorti Bet-El, Madrid.